jueves, 1 de noviembre de 2012

EN EL MARCO DE LOS LXXIIX DE FUNDADA LA BIBLIOTECA PÚBLICA RIERA AGUINAGALDE, CON LA AUTORIZACIÓN DEL SISTEMA AUTÓNOMO DE LA RED DE BIBLIOTECAS “PIO TAMAYO” SE REALIZA EL I CONCURSO ANUAL IDELFONSO RIERA AGUINAGALDE, A TRAVÉZ DE LA ASOCIACIÓN CIVIL AMIGOS DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA RIERA AGUINAGALDE (ASOBIPRAC), LA SIGUIENTE PREMIACIÓN Y ENTREGA DE CERTIFICADO: DESPUES DE RELIZAR LA LECTURA, EVALUACIÓN Y SELECCIÓN DE LOS TRABAJOS LITERARIOS DE LOS PARTICIANTES DEL I CONCURSO ANUAL IDELFONSO RIERA AGUINAGALDE, EL JURADO CALIFICADOR DECIDIO OTORGAR EL PRIMER LUGAR A: IVAN MARTINEZ, SEGUNDO LUGAR A: YORBIS PÉREZ, TERCER LUGAR A: GENESIS RODRIGUEZ, Y TRES MENCIONES ESPECIALES, PRIMERA MAENCION A: LUIS LAMEDA, SEGUNDA MENCION: DIONI TERAN, Y TERCERA MENCION A: NAIMARYS, CUYOS PREMIADOS Y SELECCIONADOS SE HIZO DEL CONCURSO DE 16 ESTUDIANTES EN TOTAL DE LAS DIFERENTES INSTITUCIONES DE CARORA Y SUS ADYACENCIAS. EL JURADO CALIFICADOR ESTUVO CONSTITUIDO POR EL PRINCIPAL SEÑOR JESÚS MELENDEZ, SECUNDARIO EL PROFESOR YEO CRUZ Y EL COORDINADOR DEL CONCURSO EL PROFESOR FREDDY ANGULO. CONSTANCIA QUE SE EXPIDE Y ESTA EN VIGENCIA CON VELIDES LEGAL, A TODO LO ANTES EXPUESTO DEL EVENTO CULTURAL EN CARORA 01 DE NOVIEMBRE DE 2012, EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÓN DE 78 ANIVERSARIO DE LA BIBLIOTECA. JESÚS MELENDEZ YEO CRUZ JURADO PRINCIPAL JURADO SECUNDARIO FREDDY ANGULO COORDINADOR JURADO

martes, 3 de agosto de 2010

Una noche

Cuando recaes en mis sienes
te siento más

Será por tu ausencia
que desdibujas al andar

Indagas la puerta de mi corazón
ni son pasos
ni son voces

Se abalanza el preámbulo
de lágrimas acristaladas

Te busco toda a ti
como tierra fértil

Aro cada especie diminuta de tus piernas
espero de la luna su suavidad

El sonido se acrecienta
en mi tristeza labriega

Líneas contristadas
en el iris naufragado

Me enluta
la alquimia de tu esencia

Savia percolándose
en versos y
calcinando mi sed
en este desierto de metáforas.

Oleaje

Del Sendero al Oleaje
disuelvo
lágrimas marinas.

Entretejo tu silencio
simplemente como vertiente.

Mi cuerpo
ya no es mío
sino tuyo y
de la piedad.

La arena dormirá
posada
en la faz de la piel
pincelando huellas
donde tuve lagunas penas.

A veces ha predestinado
nuestro encuentro al asecho,
andando en un cántico errante
sobre la piel de las rocas.

Penumbra

Te he tocado en el perfil de la noche
y he sentido tu impalpable piel,
mis manos huyen,
más allá de tu sombra
sin que vuelvas toco tu cuerpo
de ninfa,
huyes a mi presencia
ni con mi oído te escucho.

De algún modo te sentiré en éxtasis.

Palpitante insomnio
no sé si eres sangre o nube ciega,
errante en el camino subirás,
a una torre ennegrecida emigrarás,
corres de puntillas mariposa labriega.

Álzate a mi despertar de madera
juraste abrir un ventanal de orquídeas
y te sentí latir
en la eternidad de la noche
tú hija del hombre
y de los abismos,
silencio derramado en terribles lágrimas,
tú hermosa escondes todo al cabalgar
en iris de crin
existes y no estás para mi,
sin tu lumbre no hay

Pan y Vino

Se coacciona el pensamiento
de la almora
acristalada,
alzada en el cuerpo
abierto,
inmolado,
traspasado,
juzgado,
rechazado,
y hecho suerte al adverbio de cántaro,
de espíritu y sangre,
abatido por el vendaval
de la higuerilla melancólica
cubierta de deseo de muerte.

Anda, deja que se haga tu voluntad
y no la mía
en tu pacto,
de la toma venenosa,
de la fuente de la vida,
el oráculo de la felicidad e infelicidad
manchada,
deplorada,
desflorada
en el acantilado Golgótico
Pestecontada en el preámbulo
del verbo hecho carne
y huesos,
andante para el hijo del hombre
amamanta a éste
in confundido
inconverso,
clavado en el madero
de arco iris
de tu sonrisa,
de fuego de tu miel,
de ciervo en el desierto,
de las palabras mudas
apresando el corazón a un dulce morir.

Isla

Anclada en el tesoro
de mi juventud

sólo eres fugaz despedida
que el sentido de tu vida
nos embarque al después.

Al izar las velas,
pienso en la desdicha tímida
naufrago sin retorno

a la perla deshilachada
por las ráfagas del tiempo

que fue y éramos.

Me aferro al enigma
de esperar
en los giros sonrientes
de la suerte.

He de vivir en el arrecife
embarco de tus brazos

¡Delega mi vida en la balanza de sus besos
como instinto vertido
a la alta mar¡

Detrás de tus ojos

A mi amada Leidys Graterol

La aurora suspira de fuego,
y esparce el maná de amniótico aliento,
incinerando el beso dado,
en el labio superior
de la montaña eucarística
de las plegarias,
ajenas de la selva umbría
arropado,
de tu iris,
de tu Dios.

dejando el alma en el manantial
de suspiros congelados,
sin mojarse naufraga
la palabra

y la luz de tu cuerpo de lontananza,
arribando a la colina azulada.