sábado, 31 de julio de 2010

Del Sendero al Oleaje

Dulce goce de vivir
mala ciencia del pasar,
ciego a la mar.”

Antonio Machado


I

Irse al repuntar de un suspiro
apagando
el latir
despoblado
naufragio en besos.


II

Y dejar moldeado los recuerdos
como un ensueño titilador
suspiro sangriento
que algún día volveremos
por el simple
dulce goce de vivir.

Vos sabéis
tornar la herida
al sendero muerto
Te abres a las dulces rosas
solitarias,
te ignoran
los arrecifes
en las perdidas costas.

¡Ten piedad de nuestro
amor ¡ ¡cuídalo!
¡Oh Vida¡
III

Debemos seguir sumergiéndonos
en lo taciturno
de este inconcluso universo.

El alba
prolonga el increspitar
aunque humedad sea bruma,
sollozan en tu cuerpo de cresta
saturado de sol.

Me asalta la tarde
y anochecen dentro de mí
las tinieblas abrazantes
Se eclipsan
las huellas
del otro día.

Así
pienso hoy.

Mala ciencia del pasar.


IV

El camino rasga
las venas vacías
de alcatraces vírgenes.
Barco sin muelle
ni penumbra por las lejanías perennes.

Voy andando sobre las fases
de verdes aglutinados
tus piernas calcinan mis occidentes.
Y las espigas
aguijonan la distancia
te haces lámpara
de caracoles,
en la brisa fría como yo.


V

Atado
a la senda tupida
de tu siruela de cadera
solitaria sombra
vagabunda.

Sin ninguna promesa
y esperanza.

Sólo regresa
a tomar el mismo vaso de vino
vertido
en la oscuridad
de nuestras almas.


VI

Mi tesoro impersonal
es tinta de imágenes espectrales,
versos sepultados
en el fondo
de la alta mar en pena.

Al final
transitarás en la piel
de mis soledades.
VII

Tú,
Perla
Molusco
Ostra
Poesía
esperas siempre a ser
breve en la calurosa arena
Alzate como primavera en mi cuello
esencia efímera.


VIII

Cruje
la distancia
en vuelo de velas
fiel
ciego huir a la mar.



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